Con la llegada de nuestro bebé a casa, afloran emociones contradictorias, que van desde la ternura a la desesperación, todas ellas NATURALES Y COMPARTIDAS, comunes a la mayoría de las familias. SIMPLIFICAR, NORMALIZAR Y COMPRENDER este momento es necesario, y para ello, tendremos en cuenta lo más básico e indispensable para nuestra criatura: la PROTECCIÓN, el CALOR, la ALIMENTACIÓN Y el CARIÑO y que podremos comenzar supliendo con el PORTEO.
viernes, 15 de mayo de 2020
sábado, 25 de abril de 2020
lunes, 5 de junio de 2017
miércoles, 30 de marzo de 2016
Bandolera anillas ,cómo utilizarla correctamente
Aquí tenéis un tutorial de cómo colocarse una bandolera de anillas. espero que os sirva de ayuda para los que os decidáis a probar.
Y recordad que si queréis saber cual es la sensación no tenéis más que pedir una bandolera de prueba sin ningún compromiso
miércoles, 16 de marzo de 2016
“Mis tres Pollitos” te invitan a redescubrir el porteo
Los Humanos estamos incluidos
en el grupo de “Primates llevadores”. Nacemos fisiológicamente inmaduros
y terminamos nuestro desarrollo encima de la madre (los primates agarrados al
pelaje de la madre), nuestros sentidos aun no cumplen una función adecuada y no
sabemos controlar nuestra temperatura corporal. El primate grita si se aleja de
la madre para avisar del peligro y la necesita para asegurar su protección,
calor y comida al igual que el bebé. (PIEL CON PIEL).
El ser humano evoluciona adaptándose al entorno, el
recién nacido nace para ser llevado, con los reflejos necesarios para tal fin.
Ejemplos de estos reflejos son:
-
Presión en las
manos o reflejo Prensil. Cuando se
coloca un objeto en una mano del bebé, él intentará cerrarla. El contacto que
se establece entre la persona y el bebé favorece al vínculo afectivo. Suele
desaparecer a los 6 meses.
-
Presión en los pies. Cuando se roza
la parte de arriba del dedo pulgar del pie de los bebés, ellos flexionarán
automáticamente todos los dedos. Dura hasta los nueve o doce meses.
“Un recién nacido ahora
tiene las mismas necesidades y expectativas que uno nacido hace 2000 años,
naciera en Asia, en África, Europa o en
América. Todos necesitan, han necesitado y seguirán necesitando un contacto continuo con su cuidador principal,
no solo para completar su desarrollo, sino para asegurar su supervivencia” (Nohemí Hervada).
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